Se manifiesta por la sensación de ardor, calor o quemazón, a veces dolorosa, localizada en la zona abdominal. Puede ir acompañada de regurgitación con sabor ácido o amargo en la boca.
Se puede producir por diversas causas: mayor sensibilidad de los nervios de la mucosa esofágica, patologías digestivas, hernia de hiato, úlceras, gastritis, etc.
También existen factores externos que la producen y sobre éstos podemos acutar reduciendo o evitando su consumo.
Si no se trata correctamente puede llegar a producir inflamación del esófago e incluso úlceras esofágicas.
RECOMENDACIONES:
1. Evitar las comidas con elevado contenido en grasas.
2. Evitar las comidas muy condimentadas.
3. Evitar las carnes rojas, embutidos, la bollería industrial, leche y lácteos no desnatados.
4. Evitar comidas copiosas, comer más veces y menos cantidad.
5. Comer despacio, sentado, con tiempo y masticar bien.
6. Respetar el horario de las comidas y evitar el ayuno.
7. Evitar las temperaturas extremas de alimentos y bebidas.
8. Evitar echarse después de comer, se recomienda cenar dos otres horas antes de ir a la cama.
9. Evitar ropas ajustadas y cinturones.