¡¡Buenos días de Viernes!!
Hoy os hablo de un problema en la lactancia materna: la mastitis.
Espero que este post os pueda orientar un poco y ayudaros a no desesperaros. Disfrutad al máximo de vuestros pequeños y siempre ante cualquier problema consultar con el médico.
¡¡Feliz puente a quienes lo tengáis!!
Las mastitis son una complicación severa de la lactancia. El conocimiento sobre ellas ha ido mejorando a lo largo de los últimos años al saber que la leche materna tiene su propia flora saprófita.
Las mastitis se definen como la inflamación aguda de uno o varios lóbulos de la glándula mamaria, con o sin infección.
A día de hoy sabemos que su desarrollo causal se debe a un sobrecrecimiento de las especies bacterianas por encima de los límites normales en detrimento de otras.
Con este desequilibrio en la flora, la especie patógena supera los límites fisiológicos y adopta una disposición en densos biofilms en el interior del conducto;
esto produce dos efectos principales:
1. La inflamación del epitelio mamario
2. Estrechamiento del conducto e incluso obstrucción completa
Estos dos efectos producen una presión en la glándula mamaria que se ve reflejado en dolores/pinchazos.
Factores de riesgo:
Uno de los principales es el vaciamiento incompleto de los conductos debido a una lactancia incorrecta. Otro factor considerado, es el tratamiento con antibióticos en el etapa prenatal que puede influir en la flora mamaria provocando que las bacterias patógenas se hagan más fuertes y resistentes, desarrollando una disbiosis.
Se calcula que puede llegar a afectar hasta un 33% de las mujeres siendo el periodo más frecuente entre la segunda y tercera semana de postparto.
Actualmente el porcentaje de mastitis que se curan con antibioterapia es bajo, evidenciado por la elevada tasa de recidivas. Esto es debido a diferentes aspectos:
- Aumento de las cepas resistentes a antibióticos.
- Capacidad de ciertos patógenos a formas biofilms, en los cuales se produce la adhesión y aglomeración bacteriana, dificultando la penetración antibiótica.
- Coexistencia de cepas con distinta sensibilidad a antibióticos.
Por todo esto cada vez son más lo partidarios de tratar las mastitis con probióticos ya que se evita las resistencias e incidencias negativas en la lactancia.
¿Cómo funcionan?
Las bacterias probióticas ejercen su función estimulando mecanismos inmunitarios de las mucosas y no inmunitarios (compitiendo con las bacterias patógenas), dentro de estos últimos se incluyen: cambio de ph, competición con los patógenos por los nutrientes, producción de sustancias para inhibir el crecimiento de los patógenos...
Algunas bacterias aisladas de la leche materna han demostrado ejercer una acción antiinfecciosa, antiinflamatoria e inmunomoduladora.
Por todo ello cada vez a día de hoy se están utilizando la terapia probiótica único para el tratamiento de mastitis.
En el caso de tener que compaginarlo con una terapia antibiótica hay que recordar que se deben espacias ambas terapias lo máximo posible la una de la otra.
Otros consejos y recomendaciones
Estos dos efectos producen una presión en la glándula mamaria que se ve reflejado en dolores/pinchazos.
Factores de riesgo:
Uno de los principales es el vaciamiento incompleto de los conductos debido a una lactancia incorrecta. Otro factor considerado, es el tratamiento con antibióticos en el etapa prenatal que puede influir en la flora mamaria provocando que las bacterias patógenas se hagan más fuertes y resistentes, desarrollando una disbiosis.
Se calcula que puede llegar a afectar hasta un 33% de las mujeres siendo el periodo más frecuente entre la segunda y tercera semana de postparto.
Actualmente el porcentaje de mastitis que se curan con antibioterapia es bajo, evidenciado por la elevada tasa de recidivas. Esto es debido a diferentes aspectos:
- Aumento de las cepas resistentes a antibióticos.
- Capacidad de ciertos patógenos a formas biofilms, en los cuales se produce la adhesión y aglomeración bacteriana, dificultando la penetración antibiótica.
- Coexistencia de cepas con distinta sensibilidad a antibióticos.
Por todo esto cada vez son más lo partidarios de tratar las mastitis con probióticos ya que se evita las resistencias e incidencias negativas en la lactancia.
¿Cómo funcionan?
Las bacterias probióticas ejercen su función estimulando mecanismos inmunitarios de las mucosas y no inmunitarios (compitiendo con las bacterias patógenas), dentro de estos últimos se incluyen: cambio de ph, competición con los patógenos por los nutrientes, producción de sustancias para inhibir el crecimiento de los patógenos...
Algunas bacterias aisladas de la leche materna han demostrado ejercer una acción antiinfecciosa, antiinflamatoria e inmunomoduladora.
Por todo ello cada vez a día de hoy se están utilizando la terapia probiótica único para el tratamiento de mastitis.
En el caso de tener que compaginarlo con una terapia antibiótica hay que recordar que se deben espacias ambas terapias lo máximo posible la una de la otra.
Otros consejos y recomendaciones
- Amamantar frecuentemente empezando siempre por el lado afectado.
- Asegurar un buen agarre del bebé con la barbilla dirigida hacia la zona del pecho afectada.
- Masajear el pecho durante la toma en dirección del pezón.
- Asegurar el vaciado total del pecho después de la toma con el uso de un sacaleches.
La aplicación de calor antes de la toma puede mejorar el flujo de leche, mientras que la aplicación de frío posterior ayudará a aliviar el dolor y el edema asociado.
Junto con estas medidas se debe tener en cuenta el descanso, asegurar una ingesta adecuada de líquidos y tener unas buenas medidas de higiene.